Nuevamente los de Russo comenzaron erráticos con el arco, y la diferencia futbolística marcada en el terreno de juego no se plasmaba en el resultado. Otra vez Román manejaba los hilos y contagiaba a sus compañeros, hasta que por fin llegó la apertura, luego de una mano dentro del área por parte de los de Liniers. Palermo habilitó al enganche que colocó el remate muy lejos del todavía dentro de la cancha Sessa.
La segunda parte siguió aún mejor. Por el lado visitante, Castroman hacía lo que podía en ataque pero el dominio xeneize era absoluto. Buscó por varios caminos por lo bajo, pero la definición llegó cuando una de las figuras de la cancha, Pablo Ledesma, le puso un centro milimétrico que Martín definió como nadie.
La gente no se conformaba y pedía uno más. Parecía que todo terminaba así, cuando nuevamente el genio frota la lámpara y con una corrida del mejor Clemente se decretó el
No hay comentarios:
Publicar un comentario