miércoles, 12 de enero de 2011

Otro "Re-esfuerzo"

Hoy quiero hablar de un jugador luchador, al que el fútbol le dijo basta pero él no se resignó. La pelea fue dura, constante, con altibajos lógicos en la cuestión anímica. Estoy hablando de José María Calvo, quien durante más de un año se lo vio revoloteando por los consultorios de Casa Amarilla, buscando la recuperación de esa maldita osteocondritis. Todo hacía suponer que se iba a retirar, que no iba a poder, pero el jugador tenía una sorpresa para todos.

A prestar atención con este dato. El último partido de Calvo en la primera de Boca fue el 14 de diciembre de 2008, cuando se lesionó en un encuentro ante Colón de Santa Fe. Su evolución fue progresiva, lenta pero segura. Poco a poco y con el último Apertura, comenzó a entrenarse con el resto, como un mimo a tanto sacrificio. El “Pampa” le metía duro, hacía las prácticas de fútbol cuando el técnico de turno lo llamaba para participar. Después de muchas malas, el 2010 lo despidió con un regalo espectacular; volver a jugar.

La reserva conducida por Oscar Regenhardt lo tuvo como protagonista en el encuentro ante All Boys. La alegría del lateral era única, irrepetible. Después de tanto sufrimiento, volvía a cambiarse en un vestuario, a sentirse jugador de fútbol. Con el interinato de Pompei retornó al banco de suplentes de la primera. Si bien no ingresó, volvió a compartir una concentración en la primera Xeneize, lo que ya era un premio inigualable.

Julio César Falcioni lo tiene como un refuerzo más. Calvo juega en una posición en la que no abundan alternativas y eso le da ciertas posibilidades. Tal es así, que se estima que juegue en el verano 2011. Ya lo conocemos, el “Pampa” jamás se da por vencido y ahora va por la titularidad en Boca.

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